De modelo a villana: Martina Oliva rechaza un acuerdo con la justicia y se expone a una dura condena

De su vida como ticktocker y modelo de carrera ascendente, la joven que supo ser Miss Orán, ahora vive recluida en la casa de su madre. Divide su tiempo entre el cuidado de sus hijas y ayudar en la preparación y venta de sándwiches.

Salta16/12/2025PUE!PUE!
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Hasta el 5 de febrero pasado, cuando fue detenida en el ex peaje Aunor, cuando viajaba con su novio Gustavo Tolaba, como parte de un convoy que transportaba 15 kilos de marihuana, Martina Oliva jamás imaginó que su carrera de modelo se vería muy pronto precipitada.

Si bien, su nombre acaparó la tapa de todos los diarios y los principales portales de noticias, Martina no esperaba que lo fuera con el titular de “Narcomodelo”, sino como ganadora de algún de concurso de belleza, como Miss Argentina, que era su sueño.

La joven ya había deslumbrado a Orán con su atractivo, tanto que la nombraron Miss Orán. Ese peldaño le fue suficiente para desembarcar en las redes sociales, donde sus videos en restaurantes de lujo, en Puerto Madero, la hacía ver prácticamente como una modelo de carrera ascendente.

Proveniente de una familia que explota una cadena de carnicerías en Orán, en cierta manera, explicaba los lujos que ostentaba. Todo ello, sin embargo, se vino abajo como un castillo de naipes, cuando un fuerte operativo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria la detuvo en la entrada de esta ciudad.

Oliva, como otras ocho veces, viajaba como acompañante de su novio, quien venía a esta capital por “negocios”, pero no vinculados a la carne, sino al mundo de las drogas, un ambiente que Oliva había comenzado a recorrer tras conocer a Tolaba.

Viajaba como acompañante en una camioneta Toyota Hilux, conducida por su novio, mientras que en el asiento trasero iba Ángela Cuenca, amiga y novia de Benjamín Delgado, quien conducía un automóvil Citroën C3, en el que iba lo más importante de ese viaje: una carga de 15 kilos de marihuana, por la cual Tolaba esperaba cobrar unos 6 millones de pesos.

La fuga

Su novio ya había realizado 31 de estos viajes, por lo que Oliva no sospechaba de nada hasta que vio un nutrido grupo de policías en el ex peaje, por lo que entró en pánico, mientras Cuenca se desesperaba por alertar desde su celular a su pareja, quien venía 500 metros por detrás.

Aunque las llamadas y los mensajes no fueron contestados, Delgado vio que algo andaba mal, así que inició la fuga, la que se extendió por la ruta 34, hasta pasar la ciudad de General Güemes y llegar a Jujuy, por la ruta 112, mientras Roberto Carlos Leiton y Juan Alberto Romero, sus asistentes, tiraban la droga por una y otra ventanilla, pues, ya a esa altura, eran perseguidos por varios patrulleros.

A una velocidad de más de 180 kilómetros por hora, Delgado les sacó ventaja a sus perseguidores, pero el auto comenzó a fallar y lo tuvo que abandonar en la finca San Juan de Dios. Desde allí, Romero siguió solo, mientras que Leiton y Delgado se fueron por otra vía.

Cuando los policías llegaron, hallaron el auto estacando en la maleza, pero no perdieron el tiempo y peinaron la zona. El rastrillaje trajo frutos, pues dieron con Romero, quien fue el primero en pactar con la justicia y así logró una pena de 6 años de prisión. De haber ido a juicio, se arriesgaba a una condena de uno o dos años por encima de ese número.

A los 11 días, por un llamado que le hizo a su hermana, Leitón cayó detenido en una casa, en Orán. También pactó una pena a través de un acuerdo de juicio abreviado, por el cual fue condenado a pasar cuatro años en prisión.

En la ruta 50

Delgado, en tanto, también cayó por otra imprudencia al volante. El acusado solía ir y venir de Bolivia a Argentina, ya sea por Aguas Blancas o Salvador Mazza y siempre lo hacía al volante de una camioneta. El 5 de octubre, lo vieron por la ruta 50, a toda velocidad, como cuando se fugó, aunque esta vez la suerte no lo acompañó, pues volcó con el rodado y terminó en el hospital de Orán.

Para peor de sus males, en esos días, un grupo de policías de la PSA que pasó por la zona, vio la camioneta chocada, hizo algunas preguntas y así dieron con Delgado, quien se había identificado con el nombre de su hermano para eludir el pedido de captura que había en su contra.

Cuando los policías aparecieron en el hospital, Delgado supo que ya no tenía plan “B”, así que siguió el camino de sus amigos y acordó una pena de 7 años de prisión, uno más que su novia, Cuenca, quien también negoció su pena, al igual que José Burgos, el comerciante de drogas que esperaba a Tolaba con los 6 millones a cambio de los 15 kilos de marihuana.

Burgos ya estaba identificado y fue detenido en un allanamiento simultáneo en el barrio 17 de octubre, donde tenía su base para la reventa de la droga. Ese 5 de febrero, los policías rodearon su casa, no obstante, se animó a escapar, pero apenas se trepó a la tapia de su vecino, lo atraparon. Para peor, en el bolsillo del pantalón tenía 250 gramos de marihuana. En su caso, el acuerdo fue por 5 años de cárcel.

Estrategia

Mientras cinco de los integrantes menores de su banda acordaron sus penas, Oliva y Tolaba rechazaron cualquier posibilidad de seguir esa misma estrategia y se mantienen firmes en ir a juicio, el cual demoraron con una sucesión de cambios de abogados.

El caso lo lleva adelante el fiscal general Eduardo Villalba, quien estimó para Tolaba y Oliva penas de 12 y 8 años de prisión, como piso. Por ende, el riesgo es grande para la joven modelo, quien espera llegar a juicio con la coartada de que no estaba al tanto de los negocios de su novio.

Este argumento, sin embargo, ya fue rebatido por la fiscalía, la que demostró que tiene abundante prueba de que la joven no era un eslabón fungible dentro de la organización. Todo lo contrario, pues su actuación era como la segunda en el mando.

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