Un ejemplo de perseverancia: a los 75 años, Luis Medina se recibió de Ingeniero Civil

La historia de Luis Medina emociona e inspira. A los 75 años, logró recibirse de Ingeniero Civil en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), demostrando que nunca es tarde para cumplir un sueño.

Argentina15/12/2025PUE!PUE!
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Medina había iniciado la carrera años atrás y, tras jubilarse de la empresa donde trabajó gran parte de su vida, decidió retomarla y finalizarla.

El momento en que rindió su tesis y obtuvo el tan esperado título quedó registrado en fotos y videos que rápidamente se viralizaron. Rodeado por su familia —sus hijos y seres queridos—, celebró un logro que representa mucho más que un título universitario. Desde la UTN destacaron el orgullo que significa su historia, especialmente por el esfuerzo de adaptarse a los tiempos actuales de la carrera, muy distintos a los de sus inicios.

Perseverancia, identidad y espíritu

Luis contó en PUE! que este recibimiento lo llenó de alegría y orgullo, y que sintió un enorme reconocimiento por parte de amigos, compañeros y familiares. Más allá del título, aseguró que hoy se encuentra en una nueva etapa, con ganas de seguir aprendiendo y sumar herramientas a su formación.

Su motivación nunca fue económica. Para él, volver a estudiar significó encontrarse consigo mismo, construir identidad y no conformarse con lo ya alcanzado. “Es importante no sentirse satisfecho con lo poco”, remarcó, y sostuvo que el espíritu debe alimentarse constantemente con nuevos desafíos.

Sobre la repercusión de su historia, Luis destacó la importancia de que se difundan este tipo de contenidos: “Mucha gente se ve reflejada, se mira en ese espejo y se anima”.

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Adaptarse y no tener miedo

El camino no estuvo exento de desafíos. La diferencia de edad con la mayoría de sus compañeros fue grande, pero nunca fue un obstáculo. “No hay que tener miedo a adaptarse a lo que toca vivir en cada momento”, aseguró.

En ese proceso, el apoyo fue clave. Luis agradeció especialmente al cuerpo docente y a sus compañeros, quienes lo acompañaron con respeto y cariño. “Nunca me sentí desplazado o marginado por mi edad”, afirmó.

Un final emocionante y un mensaje claro

El momento en que recibió la última nota y fue declarado oficialmente ingeniero fue, según sus palabras, inolvidable. Su familia lo esperaba afuera y la emoción fue tan grande que confesó haber tenido ganas de llorar. Como manda la tradición universitaria, el festejo incluyó harina, huevos y muchas risas.

Hoy, cuando se mira al espejo con el título en mano, Luis dice que ve tranquilidad y una leve sonrisa. Su mensaje es contundente: la edad es solo tiempo, y los límites muchas veces los ponemos nosotros mismos. Buscar logros, alimentar el espíritu y animarse siempre vale la pena.

La historia de Luis Medina es una prueba viva de que no existe una edad para realizarse y que nunca es tarde para cumplir un sueño.

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