Una nena fue al hospital por dolor de ojo y descubrieron que tenía gusanos en la cabeza

El caso generó una conmoción enorme en Santo Tomé. Una nena de 11 años llegó junto a su mamá al hospital local porque se quejaba de un dolor persistente en uno de sus ojos. Los médicos del Hospital Universitario San Juan Bautista la revisaron y se encontraron con algo completamente inesperado: gusanos moviéndose en su cuero cabelludo.

De inmediato se activó el protocolo sanitario. Cuando intentaron extraer las larvas, constataron que la infección estaba avanzada y que los parásitos habían perforado el cráneo de la menor, un signo de que llevaba mucho tiempo evolucionando sin ningún tipo de atención médica. Por la gravedad del cuadro, la trasladaron al Hospital Pediátrico Juan Pablo II, en la capital de Corrientes, para un tratamiento especializado.

La situación fue tan seria que el personal médico notificó automáticamente a las autoridades, lo que terminó en la apertura de una causa judicial de oficio. Según informó el diario El Litoral, la madre quedó bajo investigación por “lesiones graves por omisión”, una figura que apunta a determinar si hubo negligencia o abandono en los cuidados esenciales de la niña.

Qué enfermedad tenía y por qué el caso es tan extraño
El pediatra y neonatólogo Flavio Serra analizó públicamente la situación y la definió como un cuadro “extremadamente severo y excepcional”. Explicó que la niña padecía miasis foruncular, una infestación producida por moscas que depositan larvas en la piel o el cuero cabelludo. Lo habitual es que estos casos aparezcan como una lesión o un pequeño forúnculo, y que los padres consulten rápido.

Para que la infección avance hasta perforar el cráneo, como ocurrió en este episodio, tiene que haber pasado muchísimo tiempo sin control ni atención médica. Serra remarcó que este nivel de avance “no solo habla de falta de higiene, sino de una ausencia absoluta de observación y cuidados cotidianos”.

La causa judicial y lo que viene
Tras la denuncia del hospital, la Justicia inició una investigación para determinar qué pasó dentro del entorno familiar:

• si la menor vivía en condiciones insalubres,
• si hubo señales previas que fueron ignoradas,
• y si la madre pudo haber evitado que el cuadro evolucionara hasta este punto crítico.
  
  Mientras la investigación avanza, la niña permanece internada y bajo seguimiento médico especializado.

El caso reabrió el debate sobre los controles básicos de salud en la infancia, la importancia de revisar el cuero cabelludo y la responsabilidad adulta en la detección temprana de cualquier lesión o síntoma anormal.