Volcó borracho, mató a su bebé y ahora recibió prisión domiciliaria: piden que vuelva a la cárcel

La decisión de la Justicia de otorgarle prisión domiciliaria a Leandro Ríos, el joven que volcó borracho y mató a su hijo Elías, de un año y cuatro meses, generó un fuerte repudio en Puerto Madryn y en todo el país.

El hecho ocurrió durante la madrugada del domingo 28 de septiembre, cuando Ríos conducía su Renault Kangoo con 1,99 gramos de alcohol en sangre. Según testigos, zigzagueaba por la calle antes de perder el control en la rotonda de Juan XXIII y Avenida del Trabajo.

El impacto fue tan violento que el bebé salió despedido del vehículo, ya que no tenía sillita ni cinturón de seguridad, según relató su madre, Bianca Vargas. Elías fue trasladado al Hospital de Puerto Madryn, pero murió pocas horas después a causa de las heridas.

La polémica decisión judicial
Ríos fue detenido esa misma madrugada y, al día siguiente, el juez le dictó prisión preventiva por seis meses, pero con beneficio de prisión domiciliaria.

La querella, representada por el abogado Facundo Bonavitta, adelantó que pedirá la revocación de la medida.

“Es un hecho gravísimo. Tiene que cumplir la preventiva en la cárcel”, sostuvo Bonavitta, que representa a la mamá de la víctima.
El letrado confirmó que esperan los resultados de las pericias por exceso de velocidad y que pedirán la pena máxima prevista por el Código Penal. Además, remarcó que Ríos no sufrió lesiones graves ni necesitó internación.

En diálogo con TN, Bianca Vargas contó cómo fueron las horas previas al accidente.

“La última vez que estuve con mi bebé fue el sábado a las 17.00, cuando lo pasó a buscar su papá. A la 1:47 me llamó mi exsuegra y me dijo que Leandro tuvo un accidente con el nene y que vaya al hospital”, relató.
Elías ingresó al hospital alrededor de las 2:00 de la madrugada y murió una hora más tarde.

“Me dijeron que hicieron todo lo posible por salvarlo”, lamentó la mujer, que todavía intenta procesar la pérdida.
Consultada sobre el vínculo con su expareja, explicó que no convivían y que él tenía un régimen de visitas los fines de semana. Dijo que Ríos “tomaba por gusto” y sospecha que pudo haber actuado con imprudencia total:

“Si tomás y salís a manejar, tenés conciencia de lo que hacés. Nadie lo obligó. Quiero justicia por mi hijo, que pague lo que tenga que pagar”.
El caso volvió a abrir el debate sobre la impunidad en los siniestros viales y el rol de la Justicia frente a los conductores que matan manejando alcoholizados.